En 1924 el ministro de Obras Públicas de la
Nación del gobierno de Marcelo T. de Alvear, Dr. Eufrasio Loza observó con
desagrado que muchas estaciones del ferrocarril llevaban el nombre de las
personas que donaron tierras para la construcción de las mismas. Loza, un
antiguo liberal que había sido gobernador de Córdoba desde mayo de 1916 a mayo
de 1917, pertenecía al sector mas conservador del radicalismo y lo indignaba
que sólo en contadas ocasiones la donación tuviera fines altruistas, ya que la
construcción del Ferrocarril valorizaba sus campos, favoreciendo el transporte
de la producción de los mismos hacia los centros poblados o permitiendo
lotearlos con gran ganancia. Incluso algunos donaban los terrenos de la
estación pero vendían a las empresas o al Estado los necesarios para el tendido
de las vías.
El disgusto se tradujo en una resolución que
disponía que la Dirección General de Ferrocarriles debía proceder a la revisión
general de los nombres de las estaciones ferroviarias, colocando una placa que
explicara el significado o motivo de la denominación, para que los usuarios y
vecinos se informaran.
Loza dejó el ministerio al año siguiente,
nunca se cumplió lo dispuesto y sólo quedó como una anécdota ferroviaria mas.
Una localidad del departamento de Río Seco, en el norte de Córdoba, lleva su
nombre. Como homenaje al ministro contaremos que la estación ubicada allí no
tiene su apellido en el nomenclador. Se llama Candelaria Norte, por la Virgen
de la Candelaria que se encuentra en el pueblo. Pertenecía al ramal
James Craik - Forres del ex FC Mitre, actualmente operado por el NCA para
servicios de cargas, pero sólo hasta Sebastián Elcano. Fue habilitada al
tráfico por el FC Central Argentino en 1932 y hoy no se encuentra operativa