martes, 23 de octubre de 2018

Ferrocarril Provincial Estación Saladillo Norte







A fines de 1912 el Ferrocarril Provincial trabajaba en el tendido de las vías del ramal que partiría de La Plata para llegar a Mira Pampa.  El 7 de febrero de 1913 se inauguró el tramo que llegaba hasta Saladillo. El Ferrocarril del Sud no permitió la construcción de una estación en la ciudad por lo que el Provincial tuvo que edificarla a cinco kilómetros. La estación se llamó Saladillo Norte y operó hasta el 28 de octubre de 1961. El Manual de Estaciones de 1958 nos dice que estaba habilitada para pasajeros, carga, hacienda encomiendas y telégrafo. Aunque en sus últimos años estaba prácticamente desmantelada.


Oscar Rodríguez y Francisco Valsecchi, últimos Jefe y Auxiliar en Saladillo Norte
 Aquí Saladillo – 02-09-1967

Los pasajeros que querían bajar en la ciudad y estaban en buena condición física, se apeaban en un lugar de la traza, dentro de la ciudad de Saladillo, donde la formación aminoraba la marcha. Los demás tenían que utilizar los coches de alquiler que estaban dispuestos en Saladillo Norte y que les permitían llegar a la ciudad. Ese lugar pasó a ser conocido como “El Apeadero” y, años mas tarde, cuando el FCS flexibilizó su posición, se construyó allí una estación, inaugurada el 23 de Octubre de 1927,

domingo, 21 de octubre de 2018

Un unitario muy tacaño - Estación Salvador María


Salvador María es una localidad del Partido de Lobos, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Se encuentra 18 kilómetros de la ciudad de Lobos, y a 5 kilómetros de Villa Loguercio (Laguna de Lobos).



La estación Salvador María fue inaugurada en 1884 por la compañía Ferrocarril del Sud.   Según el Manual de Estaciones de 1958 pertenecía al Ramal Empalme Lobos – Saladillo del Ferrocarril General Belgrano. Estaba habilitada para pasajeros, encomiendas,  hacienda telégrafo y carga. Hoy es una intermedia del suspendido servicio del Ferrocarril Roca que unía Constitución con Gral Alvear y Saladillo. El nomenclador recuerda a Salvador María del Carril.
El pueblo tiene menos de mil habitantes y en los últimos años el pueblo ha tenido un cierto crecimiento inmobiliario. De esto dan fe las nuevas construcciones y los trabajos para ampliar el Colegio Secundario de la localidad. Son muy conocidos sus carnavales, que convocan una importante cantidad de pobladores locales y vecinos de pueblos cercanos. La salida de la estación, que no está en buenas condiciones, da a un boulevard asfaltado de seis cuadras que termina en la Iglesia y reúne la mayor vida comercial del lugar. Cercano al pueblo se encuentra un bañado, donde nace un pequeño arroyo que desemboca en la Laguna de Lobos.


Salvador María del Carril nació en 1789 en la hoy provincia de San Juan. Estudió leyes en la Universidad de San Carlos en Córdoba, donde se doctoró en 1816, de la mano de su mentor, el Dean Funes. Gobernador de San Juan en 1823 fue depuesto por un sector de la población, disgustada con la promulgación de la Carta de Mayo,  la primera constitución provincial, que se inspiraba en el ideario liberal estadounidense. Incluía la libertad de cultos, medida progresista pero inútil, ya que en San Juan eran muy pocos los que no profesaban el catolicismo. También incluía algunas disposiciones francamente retrógradas: no cambiaba el estatus jurídico de los esclavos ya existentes, limitaba el ejercicio de la libertad de expresión y establecía una especie de voto calificado.  Otra medida controvertida de su gobierno fue la decisión de cerrar los conventos, que en esa época tenían gran utilidad como escuelas.

Depuesto por una revolución, gracias al auxilio del gobernador de Mendoza volvió al cargo. Pero por poco tiempo, ya que se mudó a Buenos Aires para ser el ministro de Hacienda de Rivadavia. Bien podría decirse que toda su obra apuntó a facilitar las ganancias de los “amigos del poder”. Cualquier semejanza con la actualidad…Algunas medidas muestran su exitosa gestión:  
-          Promovió la Ley de Consolidación de la Deuda, que hacía de todos los bienes naturales del Estado aval del empréstito con la casa inglesa Baring Brothers y
-          Fue autor de la Ley de curso obligatorio del papel moneda y la convertibilidad del mismo en metales preciosos, descripta por Vicente F. López como la mas absurda implementada en país alguno. Pronto los lingotes de oro y plata que constituían las reservas del Estado pasaron a manos de poderosos comerciantes. Por esto los integrantes del Partido Federal lo apodaron “doctor Lingotes”
-          Además facilitó y prohijó la conformación de la Compañía de Minas, de capitales extranjeros, retaceó fondos a las tropas que peleaban contra el Brasil, desvió fondos para solventar revoluciones unitarias y apenas se enteró de la renuncia de Rivadavia, libró numerosas órdenes de pago, con la intención de comprometer al siguiente gobierno.

Dorrego cuestionó públicamente el plan económico y los negociados de Del Carril y Rivadavia. Por eso no resulta extraña su destacadísima participación en el asesinato (fusilamiento) de Dorrego. Fue uno de los instigadores mas siniestros, ya que demostró plena conciencia de lo injusto de la determinación que él mismo recomendaba. La carta que dirigió a Lavalle finalizaba con la solicitud de que la quemara, probablemente para escapar del juicio de la historia. Pero Lavalle no la quemó, dejándolo expuesto y cercana su muerte, vio como esos documentos fueron publicados por el diario La Nación. Se le adjudica una frase francamente esclarecedora, usada para justificar sus acciones: “si es necesario mentir a la posteridad, se miente”.
El acceso de Rosas al poder no fue una buena noticia y Del Carril, amigos y familiares huyeron lo mas rápido que pudieron hacia Uruguay. Protegido por Rivera, participó de todas las acciones de la campaña contra Rosas.  La urgente salida le permitió llevarse poco mas que lo puesto, así que su economía no se presentaba floreciente. Pero a pesar de esta situación, y de ser ya un cuarentón, se dio tiempo para encontrar una esposa de diecisiete años. Se casó en Mercedes, Uruguay el 28 de septiembre de 1831, con Tiburcia Domínguez. Tuvieron siete hijos y sufrieron cierta precariedad económica
Caseros lo devolvió a los primeros planos. Sin Rosas, este ex unitario recalcitrante se acercó a Urquiza, con quien lo unía un interés superior: enriquecerse cueste lo que cueste. Primero legislador, luego constituyente, vicepresidente de Urquiza y al final de su carrera política obtuvo una “jubilación honrosa y rentable” como miembro de la Corte Suprema de Justicia. Se convirtió en latifundista de General Alvear: así como Urquiza tenía una estancia llamada La Paulina, Salvador María tenía Polvaredas, La Porteña y San Justo entre otras.



Pero la afinidad con Urquiza no era total: mientras el entrerriano era amigo de los lujos y las mujeres, Del Carril era sumamente medido en sus gastos, mas bien tacaño. Ahí comenzaron los problemas con su mujer: desde su óptica, la dama gastaba más de lo que debía. Compraba vestidos de moda, joyas y perfumes caros.  Cómo la prédica del marido no tuvo éxito, pasó a la acción: en 1862 publicó en los diarios de Buenos Aires la siguiente nota:

“No me haré responsable del pago de nuevas deudas de la señora, y solicito se le suspenda definitivamente el crédito”. Firmado Salvador María del Carril.

No es difícil imaginar el escandalete que se armó dentro de la alta sociedad porteña, y como la situación abochornó a Tiburcia. A tal punto se enojó que prometió no volver a dirigirle la palabra, promesa que mantuvo durante mas de veinte años, hasta la muerte de su marido, en 1883. Cuentan que cuando se enteró, Tiburcia sólo preguntó la cantidad de dinero que había dejado. Y a partir de ese momento, luego de repartir la herencia con sus hijos, se dedicó a gastar sin culpas.

Pero, y tomen nota aquellos que no temen pelear con sus esposas, algunas mujeres no tienen límites para concretar su venganza. Doña Tiburcia, amorosa abuela y dulce madre, resultó inflexible con Salvador María. En su testamento dejó expresas indicaciones para que su monumento en el mausoleo del Cementerio de Recoleta se colocara de espaldas al de su esposo: “No quiero mirar en la misma dirección que mi marido por toda la eternidad…”



El ferrocarril en San Marino

                               La República de San Marino tiene poco más de 30.000 habitantes y 61 km cuadrados de superficie. Está ubicada ...