En 1884, con el proyecto todavía sin aprobar, llegan los primeros presos
civiles para instalar dos bases de Prefectura (una en Tierra del Fuego y otra
en la Isla de los Estados) y un faro. A cargo de este grupo está el Coronel de
Marina Augusto Laserre, quien va a fundar el 12 de octubre Ushuaia (“bahía
profunda al oeste” en lengua yámana).
La ley 3335 del año 1895 dispone que “… las penas correccionales o de
prisión que los jueces de la Capital Federal y Territorios Federales impongan a
los reincidentes por segunda vez serán cumplidas en los Territorios Nacionales
del sur que el Poder Ejecutivo designe al efecto...”. En enero de 1896 el Poder
Ejecutivo, en cumplimiento de lo dispuesto por la ley encarga al gobernador del
Territorio de Tierra del Fuego la construcción de la Cárcel de Reincidentes.
Esta, localizada en Ushuaia y sumamente precaria, pronto recibe al primer
contingente de presos. Existe un tímido intento de fundar una colonia penal con
mujeres que voluntariamente se radiquen en la isla, pero fracasa. Quienes son
enviados al penal son condenados a penas de presidio, las más graves
exceptuando la pena de muerte. La designación de Catello Muratglia como
director trae grandes cambios en el presidio y en 1902 se comienza la
construcción de las instalaciones definitivas, a cargo de los presos. Se
utilizan roca basáltica, madera, arena y arcilla, abundantes en el lugar. Para
acarrear los materiales se utilizan vagones arrastrados por bueyes que circulan
sobre rieles de madera (xilocarril). El director Muratglia solicita por nota al
Ministerio de Justicia la provisión de algunos kilómetros de vía Decauville.
Para principios de 1910 el nuevo tren comienza a funcionar y a extender su
recorrido, cruzando la ciudad por la costanera, llevando y trayendo a los presos
a los distintos sectores de trabajo y trasladando materiales y leña para el
presidio. Un decreto del 18/11/11 autoriza al ministerio a adquirir 3000 metros
de vía, seis zorras y plataformas y una locomotora tanque a vapor de 25 HP.
El
tren más austral del mundo llegó a tener una extensión de 25 kilómetros y corría por
la ladera oriental del Monte Susana. Como a las locomotoras se les hacía
difícil llegar a las partes más elevadas de ese sector, se abre un ramal por el
centro del valle del Río Pipo, ingresando en tierras que hoy conforman el
Parque Nacional Tierra del Fuego. Tuvo cinco locomotoras de las que se conserva
sólo una en el museo del presidio, una Orenstein & Koppel 0-6-0T.
Siguió operándose por las autoridades penitenciarias hasta el cierre del
penal, ordenado por decreto presidencial de marzo de 1947. El Presidio se transforma en una Base Naval
y serán los marinos quienes utilizarán el tren. En 1949 un terremoto destruye buena parte del tendido ferroviario.
Se efectúan las reparaciones y se pone de nuevo en servicio hasta 1952, año en el que el "Tren de
los Presos" deja de circular.
En 1994 es rehabilitado. Su recorrido respeta el tendido original: sale
desde la Estación del Fin del Mundo, se interna en el Cañadón del Toro y cruza
el Río Pipo sobre el Puente Quemado. Para quince minutos en la estación Cascada
de la Macarena donde se encuentra la reconstrucción de un asentamiento de los
yámana, uno de los pueblos originarios de la región y un mirador que
permite observar el Valle del Río Pipo y la naciente de la cascada "La Macarena". Continúa el
recorrido por el bosque, bordea el turbal y finaliza en la Estación del Parque,
desde dónde se ingresa al Parque Nacional Tierra del Fuego.
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