La estación se encuentra entre Laferrere e Independencia, en el kilómetro 26 de la ruta provincial 21. Fue inaugurada el 14 de enero de 1999 y en su nomenclador rinde homenaje a uno de las personas mas relevantes de nuestra historia, Evita.
Nacida María Eva Duarte el 7 de mayo de 1919
en Los Toldos, provincia de Buenos Aires, hija de Juan Duarte y de Juana
Ibarguren y la menor de 5 hermanos. Su padre fallece en 1926, quedando la
familia, ya en Junín, en una precaria situación económica. En 1935 se va a
Buenos Aires a probar suerte en el mundo del espectáculo, actuando en teatro,
radio y cine con bastante suceso. En
1944 participa de un festival artístico en el Luna Park para recaudar fondos
para asistir a las víctimas de un terremoto en San Juan. Allí conoce al Coronel
Perón, a quien acompañará hasta su muerte. A los pocos meses se van a vivir
juntos para luego casarse el 22 de octubre por civil y el 10 de diciembre en la
Iglesia de San Francisco de La Plata.
Osvaldo Soriano escribió que
Evita “…tenía un encanto de madre
severa, con ese pelo rubio atado a la nuca que le disimulaba la belleza de los
treinta años…” A nadie
resultó indiferente: fue ángel vengador y hada buena para sus
“descamisados” y bruja despiadada y cruel para los “contreras” o “gorilas”, que
llegaron a pintar la imperdonable frase “viva el cáncer” mientras agonizaba.
Eva Perón revolucionó la manera de hacer política social en Argentina y
probablemente en el mundo. Entendió y llevó a la práctica algo sobre lo que
años después reflexionará Foucault: las aspiraciones de las clases populares no
se limitan necesariamente a obtener la atención de sus necesidades primarias,
legítimamente pueden desear ser dueños del poder. Zulema Alba explicaba que Eva
nunca fue condescendiente con los humildes, los trató como iguales,
exigiéndoles un compromiso cada vez mayor con un proyecto que por fin los
incluía y que creía el mejor, quizás el único posible. Conoció en carne propia
humillaciones y miseria, y la frase “donde
hay una necesidad hay un derecho” no era una mera proclama destinada a
obtener votos sino una guía para sus actividades en la Fundación que llevaba su
nombre.
Muere el 26 de julio de 1952, dando lugar a
la manifestación popular de dolor mas importante en la historia argentina. “…y el amor y el dolor, que eran de veras,
gimiendo en el cordón de la vereda. Lágrimas enjuagadas con harapos, madrecita
de los desamparados…” escribe, mezclando amor y odio de clase María Elena
Walsh. Intelectual honesta y valerosa defensora de los derechos de las mujeres,
a pesar de pertenecer a los círculos antiperonistas, en su poema “Evita” no
puede evitar elogiar “su insólito
coraje”, Eduardo Galeano, mas afín y sensible a los mitos populares, en
“Memorias del fuego”, describe su funeral y las consecuencias políticas: “…Ante el cuerpo de Evita, rodeado de claveles blancos desfila el
pueblo llorando. Día tras día, noche tras noche, la hilera de antorchas: una
caravana de dos semanas de largo. Suspiran aliviados los usureros, los
mercaderes, los señores de la tierra. Muerta Evita, el presidente Perón es un
cuchillo sin filo..."
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