El art. 67, inc. 16 de la Constitución de la Nación
Argentina encarga al Congreso promover la construcción de ferrocarriles. En
cumplimiento de esa disposición y al mismo tiempo que la legislatura de la provincia de Buenos
Aires aprobaba la propuesta para la construcción del "Camino de Fierro al
Oeste", el gobierno de la Confederación Argentina por decreto del 5 de
septiembre de 1854 autoriza al ingeniero Allan Campbell a realizar trabajos de
reconocimiento y trazar los planos necesarios
para construir de un ferrocarril que uniera la costa del Paraná con
Córdoba, atravesando más de 400 kilómetros de tierras que en buena parte no
estaban colonizadas y “expuestas a las depredaciones de los salvajes” según
decía Campbell en su propuesta. Además de proveer una fuerte custodia para él y
sus ingenieros, fijaba en 40.000 pesos fuertes su retribución.
El Congreso de Paraná aprobó este contrato por ley 22 del 21
de junio de 1855. Puede considerarse a esta la primera ley sobre ferrocarriles
en el orden nacional. Se aprobó en el Senado, en los mismos términos que en la
Cámara de Diputados, con 17 votos a favor y 1 en contra.
El texto de la ley era:
“El
Senado y Cámara de Diputados de la Confederación Argentina, reunidos en
Congreso, decretan con fuerza de ley lo siguiente:
Art. 1º
Apruébase en todas sus partes el contrato celebrado por el presidente de la
República con don Allan Campbell con el objeto de efectuar un reconocimiento
científico, levantamiento de planos y demás necesario para el estudio del
terreno que media entre un puerto del Paraná y la ciudad de Córdoba, para la
construcción de un ferrocarril
Art. 2º
Comuníquese, etc.”
Sala
de sesiones de la Cámara de Diputados, en el Paraná, Capital Provisoria de la
confederación Argentina, a 21 de Junio de 1855.
La ley Nº 24 del 27 de Junio del mismo año autoriza la
concesión respectiva y además establece que se cedía a la empresa, en propiedad perpetua "…a partir de dos leguas de la ciudad
de Córdoba y una de cada pueblo de tránsito, 20 cuadras de fondo, en cada lado
del camino…".
A pesar de existir un decreto del presidente Urquiza del 2
de abril de 1855 que autorizaba al Sr. Buschental a contratar una empresa que
construya este ferrocarril y de las facilidades establecidas en la mencionada
ley nº 24, las dificultades económicas de la Confederación asustaron a los
inversores europeos y no hubo interesados seriamente en participar del
emprendimiento.
Recién el 19 de marzo de 1863, producida ya la unificación
de la República y bajo el gobierno de Bartolomé Mitre se firmó el contrato de
concesión con una empresa británica, el Ferrocarril Central Argentino. El 23 de
mayo de ese año se aprueba por ley nº 33 dicha concesión modificada luego por
ley nº 86 del 20 de junio de 1864, con la salvedad que el contrato definitivo
se hizo a nombre del estadounidense Guillermo Wheelwright.
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